El pasado mes de marzo, Venezuela comenzó a atravesar un momentos delicado a nivel nacional, donde el deporte no quedó por fuera de dicha situación.

Para la fecha existía una falta de energía eléctrica,  el Presidente Nicolas Maduro, afirmaba que era un sabotaje por parte de Estados Unidos. Siendo esos los días para jugar  la séptima jornada del Torneo Apertura 2019, donde el Caracas Fútbol Club (CFC), equipo de la Capital, visitaba a Zulia Fútbol Club, en la Ciudad de Maracaibo.

Tras el pitazo inicial y los jugadores ver la situación que vivía el país y sobre todo el Estado Zulia, ambos equipos decidieron quedarse parados, hablando y tocando balón pero sin atacar. Todo se llevó acabado como un partido normal, realizando cambios, tiempo de hidratación y lo necesario para llevar a cabo un partido de primera división. 

“El jugador siempre debe tener las condiciones garantizadas de integridad, seguridad y comodidad. No es posible jugar sin hidratación, sin la seguridad de poder asistir a un centro médico por falta de luz y como esto muchos ejemplos más”, afirmó Miguel Mea Vitali, gerente deportivo.

Para la jornada número once, el equipo de la Capital visitó a Deportivo Anzoátegui, donde el equipo local por la misma crisis lleno el camerino de tobos con agua para que el equipo visitante se bañara, las camillas estaban ubicadas en  los pasillos para que los jugadores fueran atendidos por los fisioterapeutas y les ofrecieron bolsas de hielo en 20$ por la consecuencia de comercios cerrados.

“Cada club atraviesa situaciones diferente y es ahí donde tiene que aparecer la Federación Venezolana de Fútbol, haciendo un análisis de las jornadas y visualizar donde se puede jugar, no solo se trata de las protestas de los jugadores”, comentó Rostín González, presidente deportivo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Humanos fuera y dentro de la cancha

 

Rubert Quijada, capitán del CFC: Viajar en el país no es fácil, sea por carretera o avión, ahora a eso le sumamos las horas sin luz, y los chequeos manuelas en los aeropuertos. A eso hay que agregarle el cambiarse en los camerinos con la luz de los celulares, sin agua para bañarse luego del partido, expresó.  

Son muchas las quejas y las preocupaciones que tienen los jugadores profesionales a la hora de ejercer su profesión, jugar fútbol.

“Los días antes del partidos no podemos dormir bien, a veces tampoco comemos bien o pasamos calor, todo esto por los cortes luz. Ni hablar de mis compañeros que tiene hijos donde la situación es más delicada” añadió, Daniel Rivillo, jugador del Zulia.

Estas situaciones traen consecuencias y problemas para los jugadores un jugador de alto rendimiento debe descansar después del entrenamiento para mantener las condiciones  

“En estos momentos el espectáculo no va a estar a la altura que busca  el fanático. En estos momentos no están dadas las condiciones para jugar”, lamentó Hernández, jugador profesional.